sábado, 24 de noviembre de 2007

Corto plazo-largo plazo

La inmediatez parece haberse convertido en uno de los nuevos valores de nuestra sociedad. Y es que todos queremos lo inmediato, lo que nos reporta beneficios o bienestar en el presente, olvidando por completo lo que quizás es más complejo de alcanzar o que simplemente no nos reporta beneficios de forma instantánea, es decir, todo lo que hace referencia al largo plazo. ¿Cómo hemos llegado a este punto? Parece que hemos relegado al largo plazo a un último puesto, que sólo aceptamos cuando no queda más remedio, cuando la posibilidad de obtener un resultado a corto plazo es muy baja.
¿Por qué el largo plazo es visto como algo negativo? Quizás la respuesta a esta pregunta debemos buscarla en nosotros mismos. En la sociedad tan competitiva en la que vivimos, queremos ser los primeros en todo: sacar las mejores notas, tener el mejor coche, la mejor casa, el trabajo mejor pagado... Para conseguir todas estas metas, el corto plazo es la elección más rentable y práctica, pero al fin y al cabo, ¿qué nos aportan estos 'logros' que parecen ser tan importantes hoy en día? La mayoría de la gente no es consciente de que ésto nos hace ser personas superfluas y de alguna manera vacías, y que el largo plazo, tan olvidado en estos tiempos, es lo que realmente nos aporta beneficios duraderos y enriquecedores para nuestra persona, a pesar de que sea más complicado ver los beneficios en un primer momento. Deberíamos prestar más atención al largo plazo, porque generalmente contiene más ventajas de las que imaginamos.

jueves, 22 de noviembre de 2007

La clase de ayer fue completamente innovadora y nueva en mi experiencia universitaria. Por primera vez un alumno dirigió una clase. Fue algo que me sorprendió. No puedo decir si positiva o negativamente, pero lo cierto es que, creo que como la mayoría de mis compañeros, esta fue una nueva realidad en nuestro quehacer universitario.
Respecto al trabajo de grupo, esta semana me encuentro algo desorientada. Una parte de nuestro trabajo estaba enfocada a una reseña de la historia política y económica de la India desde su independencia a la actualidad, como mecanismo para poder entender la situación actual e intentar entender lo que puede suceder en un futuro. Sin embargo, al hablar con el profesor nos dijo que la historia debía quedar reducida a un anexo del trabajo. Así que por ahora nuestro trabajo se ha quedado un poco "cojo". Supongo que esta semana tendremos trabajo extra, ya que hay que seguir buscando información para desarrollar nuevas partes, o dar un enfoque diferente al planteamiento actual.
Como he dicho, estoy un poco perdida, por lo que durante esta semana intentaré encontrarme.

La importancia del método científico

Después de pasar varias semanas del curso analizando la actualidad económica y social del mundo y de España, la semana pasada las clases tomaron un rumbo diferente. Mediante las lecturas que hemos leído y resumido hemos inaugurado un foro de debate, a través del cual hemos analizado algo que en principio puede parecer ajeno al oficio de politólogo: la ciencia y el conocimiento científico. Sin embargo, esta afirmación está completamente alejada de la realidad, ya que el conocimiento científico es un concepto fundamental incluso para los que nos ocupamos de las ciencias sociales.
El conocimiento científico puede estructurarse gracias al método científico, y a través del método podemos conocer la realidad. Debo reconocer que antes de empezar a estudiar esta carrera no tenía ninguna idea de los que suponía el método científico para el conocimiento, ya que sólo tenía muy limitadas nociones de las clases de filosofía en el bachiller. Pero tras unos años de estudio me he dado cuenta de que un buen método científico es algo necesario para el análisis de cualquier realidad. El método científico no sólo supone un proceso para que nuestra investigación llegue a buen puerto y alcance resultados, sino que es la base de la investigación. El método permite que enfoquemos el conocimiento de una determinada manera que nos haga ser capaces de enfrentarnos a cualquier realidad, porque por compleja que sea, podremos resolver los problemas que plantea y de aprehenderla tal como es.
Por tanto, este concepto de "método científico" no es un concepto global reservado al aspecto teórico y a los pensadores, sino que está presente en nuestra vida cotidiana y en nuestro esquema de pensamiento, ya que, aunque no seamos conscientes de ello, siempre empleamos un determinado método para conocer la realidad.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Resumen Lectura 3

Manuel Scristán: "¿Qué es una concepción del mundo?".

Una concepción del mundo no es un saber, no es conocimiento en el sentido de la ciencia positiva, sino que es una serie de principios que dan razón de la conducta de un sujeto, a veces sin que se formule de modo explícito. Esta es una situación frecuente, y supone el ver casi como hechos de la naturaleza particularidades de las relaciones entre hombres, ya que buena parte de la consciencia de la vida cotidiana puede interpretarse en términos de principios o creencias muchas veces implícitas en el sujeto que obra o reacciona.

Frecuentemente esos principios están explícitos en la cultura de la sociedad en que vive, que contiene un conjunto de afirmaciones acerca de la naturaleza del mundo físico y de la vida. La parte contemplativa de la concepción del mundo está íntimamente relacionada con la parte práctica, con el código o sistema de juicios de valor, a través de cuestiones como la del sentido de la vida humana y de la muerte, la existencia o inexistencia de un principio ideal o espiritual que sea causa del mundo.

La existencia de una formulación explícita de la concepción del mundo en la cultura de una sociedad no permite averiguar fácilmente cuál es la concepción del mundo realmente activa de esa sociedad, pues el carácter de sobreestructura que tiene la concepción del mundo no consiste en ser un mecánico reflejo de la realidad social y natural vivida. Aclarar el papel de la concepción del mundo respecto del conocimiento científico-positivo es imprescindible para una plena comprensión de las formaciones culturales. Para el estudio de las relaciones entre concepción del mundo y ciencia positiva basta con atender a los aspectos formales de ambas.

Las concepciones del mundo suelen presentar puntas muy concentradas y conscientes en forma de sistema filosófico. Esta segunda forma fue muy característica hasta el siglo XIX, pero la filosofía sistemática se vio arrebatar un campo temático tras otro por las ciencias positivas, y acabó intentando salvar su sustantividad en un repertorio de supuestas verdades superiores a las de la ciencia. En los casos más ambiciosos la filosofía sistemática presenta la pretensión de dar de sí por razonamiento el contenido de las ciencias positivas. La concepción del mundo quiere ser un saber, conocimiento real del mundo, con la misma positividad que el de la ciencia.

Esta comprensión puede considerarse fracasada a mediados del siglo XIX, con la disgregación del sistema filosófico de Hegel. Las causas del fracaso son varias: la constitución del conocimiento científico positivo durante la Edad Moderna, caracterizado por su capacidad de posibilitar previsiones exactas, aunque sea a costa de construir y manejar conceptos artificiales. La intersubjetividad del conocimiento supone que todas las personas adecuadamente preparadas entienden su formulación del mismo modo. La tesis de la vieja filosofía sistemática, de los dogmas religiosos y de las concepciones del mundo carecen de esos rasgos, y como éstos dan al hombre una seguridad y un rendimiento considerables, el conocimiento que los posee (científico-positivo) va destronando la filosofía sistemática tradicional.

El que las concepciones del mundo carezcan de esos 2 rasgos del conocimiento positivo es necesario, ya que contienen afirmaciones sobre cuestiones no resolubles por los métodos decisorios del conocimiento positivo, que son la verificación o falsación empíricas y la argumentación analítica (deductiva o inductivo-probabilitaria).

Estos rasgos permiten plantear correctamente la cuestión de las relaciones entre concepción del mundo y conocimiento científico-positivo. Una concepción del mundo que tome a la ciencia como único cuerpo de conocimiento real se encuentra visiblemente por delante y por detrás de la investigación positiva. Esto vale independientemente de que la ideología dominante en la sociedad haga profesar al científico. El carácter inspirador está a lo largo de la investigación, en combinación con las necesidades internas, dialéctico-formales de ésta.

La “concepción materialista y dialéctica del mundo” está movida por la aspiración a terminar con la obnubilación de la consciencia, con la presencia en la conducta humana de factores no reconocidos o idealizados, por lo que se deduce que es una concepción del mundo explícita. La liberación de la consciencia presupone la liberación de la práctica. Además, la concepción marxista del mundo no puede considerar sus elementos explícitos como un sistema de saber superior al positivo. El nuevo materialismo no es una filosofía, sino una concepción del mundo, que tiene que sostenerse y actuarse no en una sustantiva ciencia, sino en las ciencias reales. En él queda superada la filosofía, es decir, superada cuanto preservada.

Esta concisa y expresiva formulación de Engels supone la concepción de lo filosófico no como un sistema superior a la ciencia, sino como un nivel del pensamiento científico: el de la inspiración del propio investigar y de la reflexión sobre su marcha y sus resultados. Para esta concepción no hay conocimiento por encima del positivo, puesto que su punto de partida y de llegada es la “ciencia real”, esa concepción del mundo no puede querer más que explicitar la motivación de la ciencia misma. Esta motivación es el “inmanentismo”, el principio de que la explicación de los fenómenos debe buscarse en otros fenómenos, en el mundo, y no en instancias ajenas o superiores a éste. Este principio está en la base del hacer científico, que perdería sentido si tuviera que admitir la acción de causas no naturales.

En este postulado de inmanentismo, definidor de la posibilidad del conocimiento científico, se basa la concepción marxista del mundo. El materialismo es lo primero en el marxismo incluso históricamente, pero el materialismo es uno de los dos principios fundamentales de lo que Engels llama “concepción comunista del mundo”. El otro es el principio de la dialéctica, inspirado en las limitaciones del hacer científico-positivo.

La ciencia positiva realiza el principio del materialismo a través de una metodología analítico-reductiva. La eliminación de factores irracionales en la explicación del mundo procede a través de una reducción analítica de las formaciones complejas y cualitativamente determinadas a factores menos complejos y más homogéneos cualitativamente, con tendencia a una reducción tan extrema que el aspecto cualitativo pierde relevancia. El análisis reductivo de la ciencia tiende a obviar conceptos con contenido cualitativo, para limitarse al manejo de relaciones cuantitativas o al menos, vacías, formales. Lo que interesaba al análisis reductivo del fenómeno era la consecución de un número que midiera la fuerza en cuestión. El análisis reductivo practicado por la ciencia tiene regularmente éxito, descomponible en 2 aspectos: la redución de fenómenos complejos a nociones más elementales, homogéneas y desprovistas de connotaciones cualitativas, que permite penetrar muy material y eficazmente en la realidad, porque posibilita el planteamiento de preguntas muy exactas. Por otra parte, el análisis reductivo posibilita a la larga la información de conceptos más adecuados.

Precisamente porque se basan en un análisis reductivo que prescinde de la peculiaridad cualitativa de los fenómenos complejos analizados y reducidos, los conceptos de la ciencia en sentido estricto son invariablemente conceptos generales cuyo lugar está en enunciados no menos generales, “leyes”. Con ese conocimiento se pierde una parte de lo concreto; la parte decisiva para la individualización de los objetos.

Los “todos” concretos y complejos no aparecen en el universo del discurso de la ciencia positiva, los elementos de confianza para una comprensión racional de los mismos. Lo que no suministra es su totalidad, su consistencia concreta. El campo o ámbito de relevancia del pensamiento dialéctico es precisamente el de las totalidades concretas de Hegel.

La concepción del mundo tiene que dar de sí una determinada comprensión de las totalidades concretas. La tarea de una dialéctica materialista consiste en recuperar lo concreto sin hacer intervenir más datos que los materialistas del análisis reductivo, como resultado nuevo de la estructuración de éstos en la formación individual o concreta, en los “todos naturales”. La palabra “análisis” no tiene aquí el mismo sentido que en la ciencia positiva. El análisis marxista se propone entender la individual situación concreta sin postular más componentes de la misma que los resultantes de la abstracción y el análisis reductivo científicos.

Parece quedar claro cuál es el nivel o el universo del discurso en el cual tiene sentido hablar de análisis dialéctico: es al nivel de la comprensión de concreciones o totalidades, no al del análisis reductivo de la ciencia positiva. Concreciones o totalidades son ante todo los individuos vivientes, y las particulares formaciones históricas, las “situaciones concretas”, los presentes históricos localmente delimitados. El universo como totalidad no puede pensarse sino dialécticamente, sobre la base de los resultados de dicho análisis.

Resumen Lectura 1

Gino Longo: "Características del conocimiento científico".

Muchos teóricos han intentado definir un concepto tan complejo como el de “ciencia”. Schumpeter afirmó que ciencia es “cualquier tipo de conocimiento que haya sido objeto de esfuerzos conscientes para perfeccionarlo”. Estos esfuerzos producen hábitos mentales y un domino de los hechos descubiertos por esas técnicas. Según esta definición podemos intuir las influencias de Schumpeter (Mach y Avenarius), que hacen que se refugie en el empirismo, situándose de esta manera en posiciones dualísticas de tipo neokantiano, rasgos que son característicos del materialismo y empirocriticismo, corrientes de pensamiento válidas si permanecemos en un terreno empírico.

Para poder profundizar en el concepto de ciencia, debemos analizar primero qué entendemos por conocimiento. Podemos entender que la finalidad del conocimiento consiste en descubrir normas, leyes del universo empírico que rodea al hombre. Este conocimiento tiene 3 aspectos fundamentales: debe proporcionar una descripción de la realidad, explicándola. Es muy importante el aspecto de explicar la realidad, ya que la ciencia y el conocimiento no deben limitarse a las definiciones y descripciones, sino que además deben mostrar la necesidad de los objetos que explican. El conocimiento científico debe explicar la realidad sin introducir elementos que no pertenezcan a esa realidad, y la ciencia no debe limitarse a explicar el mundo, sino que también debe comprenderlo. Por lo tanto, la historia del conocimiento puede resumirse en la historia de cómo la Humanidad ha explicado la realidad, en un principio atribuyendo a los fenómenos causas y relaciones fantásticas, para pasar a hipotetizar causas y relaciones reales, y llegar a conocer las relaciones que se establecen objetivamente entre los fenómenos de la realidad.

El requisito necesario para explicar la realidad partiendo de ella misma es común a todas las ciencias, y es un principio admitido por los científicos. Pero el desarrollo coherente de este principio, su aplicación sin excepción a todos los fenómenos de la realidad, conduce al materialismo filosófico: “concebir materialistamente la naturaleza es concebirla tal y como se nos presenta, sin añadir nada”. Por esta razón la filosofía coherentemente científica ha de ser materialista, y debe basarse en la necesidad de estudiar la realidad objetiva tal y como es y explicarla partiendo de ella misma. Por esta razón el marxismo constituye la primera concepción del mundo basada exclusivamente en la ciencia.

El conocimiento científico es sólo una parte de la actividad humana, y por ello no es un fin en sí mismo, ya que el objetivo del hombre es conocer el mundo para poder modificarlo. Por otra parte, el pensamiento y la acción aparecen unidos, aunque esta unión no es mediata. El conocimiento que conduce a la cognición de la realidad es premisa para la acción, y la acción es el fin último del conocimiento. Sin embargo, la actividad cognoscitiva no puede ni debe orientarse a la consecución de resultados prácticos, sino que debe intentar alcanzar la cognición de lo real, que será lo que permitirá la acción, la búsqueda de la verdad de las cosas, es decir, la correspondencia entre nuestras concepciones y la realidad.

El criterio para valorar los resultados obtenidos mediante la ciencia es la correspondencia de tales resultados y la verdad, y no la mayor o menor utilidad de esos resultados. Si conocemos la realidad surgirán los instrumentos técnicos que nos permitirán modificarla. Además, entre conocimiento y acción hay otra diferencia importante desde el punto de vista metodológico. La investigación tiene carácter individual, ya que el hombre no puede coordinar su pensamiento con el de los demás, no existe una forma colectiva de pensar. Por lo tanto, podemos afirmar que el pensamiento es algo individual, ya que lo único que el hombre puede compartir es el resultado de ese pensamiento con los demás. Sin embargo, tanto la acción colectiva como el pensamiento individual son fenómenos sociales, ya que sólo se pueden dar en las sociedades, y sólo se diferencian por su forma de manifestarse. De estas afirmaciones se desprende que las modalidades de desarrollo de la acción no coinciden con las del pensamiento, por lo que no podemos dedicarnos a la vez a ambas actividades, apareciendo en este momento lo que conocemos como “hombre de ciencia”, quien no debe de ocuparse de las consecuencias empíricas de sus investigaciones, y “hombre de acción “, quien sí debe de preocuparse por ello.

Lo que nos permite el método científico es tener una comprensión conceptual de las relaciones recíprocas que se dan entre los hechos.

La definición de ciencia de Schumpeter es un ejemplo de la tendencia a refugiarse en el puro empirismo, ya que es una conceptuación ideológica que implica una concepción metodológica positivista y formal como modo de aproximación al conocimiento del mundo que nos rodea. Por otra parte tiene la virtud de ser una definición abierta que remarca la consciencia y la sistemática como características de la actividad científica. Sin embargo no logra vencer el escollo ideológico del culto a la ciencia como equivalente al progreso.

Un aspecto constituye uno de los objetivos materialistas es aquella exigencia según la cual la realidad objetiva debe ser explicada a partir de sí misma, sin introducir momentos, elementos o explicaciones que no pertenecen a tal realidad, que son extraños. La verdad es que es difícil comprender cómo se puede lograr ese objetivo, ya que no es practicable. Además quedan un conjunto de preguntas en el aire; cuando un hombre actúa como científico, ¿no es también u hombre de acción? ¿Es que la ciencia no es una actividad, una praxis?

martes, 20 de noviembre de 2007

Resumen Lectura 6

Roberto Carballo: "Ciencia y método".

Si nos planteamos el significado y los objetivos que persigue la ciencia, esta reflexión puede resultar sencilla, ya que puede resolver las diversas definiciones de la ciencia, pero también puede suponer una construcción personal que intenta explicar la experiencia y las investigaciones. La ciencia es una actividad humana y social, cuyos éxitos en la comprensión de la naturaleza han permitido al hombre acercarse al conocimiento de sus límites y humanidad, y han coadyuvado a desarrollar en él un sentimiento de prepotencia y de fe en las realizaciones humanas.

La ciencia como faceta del hacer social es cada vez más consciente de su humanidad y límites. De hecho, su objeto y método se basan en el relativismo. Pero a la vez la ciencia es usada como mecanismo de dominación social, ya que el cuerpo científico se resiste al cambio de paradigma. Además, cuando los científicos explican un descubrimiento lo hacen en un lenguaje no universal, y nunca explican sus métodos de trabajo.

La ciencia pretende describir y explicar la naturaleza, para que esto lleve al hombre al ideal de libertad. Todo estudioso aspira a que su especialidad adquiera el estatuto social de ciencia, pero con la resistencia a esto por parte de los científicos, uno de los grandes problemas es el establecimiento de criterios de demarcación de lo científico. Por lo tanto, es necesaria una definición abierta de la “ciencia” que incida en las notas de consciencia, sistematización y autolimitación, como base para alcanzar el objetivo de llegar a ofrecer una explicación de la naturaleza.

Una concepción del mundo no es un saber en el sentido en que lo es la ciencia positiva. Como consecuencia, la separación entre concepción del mundo como un “no saber” y ciencia como conocimiento, es más un esfuerzo analítico y teórico que un problema real. Por lo tanto, el objetivo final de la ciencia, sus resultados provisionales, también constituyen una concepción del mundo, ya que parte de los sistemas de ideas vigentes para construirse.

Lo esencial de la ciencia es el método. Los resultados de la ciencia no son más que un esquema provisional, algo relativo. El método científico no sólo nos ofrece la posibilidad de un esquema en un momento dado, sino asimismo los instrumentos para poder sustituirlo por el esquema sucesivo, en su proceso permanente de reelaboración, el método es la base acumulativa en la que se asienta el desarrollo científico. Por lo tanto, la ciencia asienta su desarrollo sobre la base de un método en constante proceso de transformación.

Pero el método tampoco tiene amplias puertas para penetrar en el proceso científico, ya que la ideología impregna todas las etapas de la investigación y todas las formas expositivas. Si aceptamos que los sistemas de ideas juegan un papel complementario y no sólo sustitutivo, en el proceso del conocimiento, y que la comprensión científica incorpora un componente ideológico, los medios para llegar a un resultado no pueden ser una pretensión vana, sino que están influidos por la ideología del investigador y de su tiempo y circunstancia. Además esta influencia de la ideología se acentúa en las ciencias sociales.

En el estado actual de la metodología científica distinguimos 4 etapas de investigación: descripción, clasificación, explicación y verificación. Además se usan alternativamente 3 modos de inferencia: deductivo, inductivo o inductivo-probabilístico y reductivo. Además de estas fases se supone que el investigador posee determinadas cualidades, como espíritu de observación, capacidad de abstracción, fantasía creadora, intuición, habilidad formalizadora y manual, y junto a todo esto es también consciente de su propia ignorancia y de la necesidad de buscar la verdad.

Durante la etapa de descripción, la investigación no puede iniciarse sin la existencia de un acto cognoscitivo preanalítico, ya que el investigador cuenta con el paradigma en que se mueve científicamente, con la influencia ideológica externa que le condiciona y con una circunstancia personal que le motiva. La segunda etapa, la clasificación, supone la observación de los hechos, a la que sigue un proceso teórico de inferencia inductiva, en el que se trata de describir y clasificar los elementos y relaciones de la realidad que se estudia, para poder formular un conjunto de hipótesis provisionales. En la tercera fase, la de explicación, la hipótesis provisional se desarrolla deductivamente a través de un proceso que va de lo real a lo ideal y al revés. Como consecuencia de ese proceso se desarrolla una nueva síntesis teórica, y se formaliza para alcanzar el grado de modelo o teoría. Por último, en la fase de verificación, la síntesis teórica, que explica la realidad, debe superar la “contrastación intersubjetiva”. Para ello es comunicada a la comunidad en el lenguaje apropiado, y sentando premisas y conclusiones que se derivan de ella. La exposición la presenta como un todo estructurado, como una rica totalidad de determinaciones y relaciones diversas, como un proceso de síntesis.

La investigación abarca todo el proceso del conocimiento científico, por lo que la exposición sólo es posible cuando culminamos la primera etapa de la investigación. Es un proceso dialéctico que permite la realización de un análisis empírico de la realidad objetiva que nos conduce a la formulación de hipótesis que explica la totalidad de los hechos de forma lógica y coherente.

Resumen Lectura 5

Gino Longo: "El mecanismo de la investigación científica".

¿Cómo se desarrolla la investigación? El conocimiento se inicia a partir de los hechos, de la observación de los mismos, y el método científico consiste en recoger una serie de hechos para obtener leyes y conclusiones generales. Cualquier observación les en sí misma un principio de análisis, al llevar consigo una selección, comparaciones, deducciones… El hecho no es la verdad, pero es su materia prima, ya que hay que saber sacar sentido al hecho.

La primera tarea de la investigación supone observar los hechos, seleccionar los más significativos, descubrir las relaciones que los unen entre sí y evidenciar los aspectos más significativos. Si además encajamos estos hechos a través de la observación de un esquema coherente, podemos llenar las lagunas de la observación con una serie de supuestos hipotéticos que ayudan a crear una explicación más o menos coherente.

La segunda parte del trabajo científico supone formular una hipótesis que explique el conjunto de los hechos de forma lógica y coherente. Esta etapa se caracteriza por la existencia de una fantasía creadora, una capacidad para crear mentalmente imágenes subjetivas distintas de aquellas observadas en la realidad, de aquellas que se desprenden de la concepción objetiva de la realidad a través de los sentidos. Mediante esta fantasía podemos llegar a conocer la realidad, ya que nos permite ver las representaciones que no vienen dadas por la realidad misma. También podremos modificar esa realidad (uno de los objetivos del conocimiento), al crear mediante la imagen aquello que no es, pero que el conocimiento pretende alcanzar. La fantasía es lo que hace al hombre sujeto activo, creativo, y se complementa con la intuición. Pero la fantasía creadora debe estar controlada por una lógica rigurosa.

La tercera etapa consiste en comprobar que las hipótesis formuladas corresponden a la realidad de los hechos. Para esto tendremos que volverlos a observar, ampliando el campo de observación a nuevos fenómenos, y profundizar el análisis de os hechos ya conocidos, controlando de todas formas posibles para que las conclusiones se vean justificadas. Esto es importante, porque la mayor o menos correspondencia de los hechos con las teorías formuladas es el único criterio para comprobar la verosimilitud de una hipótesis. Tanto el proceso de observación como el de experimentación estudian los hechos. Un espíritu autocrítico es necesario para esta etapa.

La cuarta etapa consiste en modificar o sustituir las hipótesis formuladas con los resultados de la comprobación realizada anteriormente. La identificación de los fenómenos sobre los que vamos a trabajar es un acto cognoscitivo, pero no es parte del trabajo analítico, sino que éste se divide en dos actividades: la conceptuación de los contenidos de la visión, que fija los elementos en conceptos precisos que reciben nombres o etiquetas para fijar su identidad, y la búsqueda de más datos empíricos con los que enriquecer y contrastar los hechos inicialmente percibidos. Los intentos de conceptuación estimulan la búsqueda de nuevos hechos, que son ordenados y conceptuados de nuevo.
La elaboración teórica y la observación de los hechos se complementan mutuamente, pero no coinciden. Ambos aspectos, teórico y analítico, son distintos, no deben confundirse. El investigador utiliza no sólo hechos observados por él mismo, sino también los hechos observados descubiertos y analizados por otros; lo mismo hace con las hipótesis formuladas por otros investigadores. Utiliza las conclusiones y las elaboraciones de otros científicos como partes integrantes de su investigación. Este proceso de conocimiento tiene dos consecuencias:
La condición esencial para poder utilizar los resultados de las investigaciones hechas por otros es que por nuestra parte hayamos ya iniciado una investigación propia, ya que en caso contrario caemos en el eclecticismo.
No sólo las concepciones y las ideas evolucionan históricamente, sino que también lo hacen los conceptos que las expresan. Por lo tanto, todo investigador debe crear por sí mismo el aparato conceptual que necesita. A menudo es necesario desarrollar nuestro propio sistema de conceptos.

De estos pensamientos podemos extraer una serie de conclusiones:
-Toda ciencia tiene un objeto de investigación concreto.
-Toda ciencia utiliza un método de investigación determinado.
-Al aplicar un determinado método de investigación, da en cada etapa del proceso una visión de un conjunto del sector de la realidad que constituye su campo de investigación y una determinada visión científica de la realidad.

El método de investigación evoluciona con cada nueva etapa del desarrollo científico, y es enriquecido a medida que se suceden las visiones de la realidad que ofrece la ciencia.

Queda claro que en la ciencia lo esencial es el método. Si tenemos en cuenta que el objeto de la ciencia no es tanto ofrecer una determinada visión de la realidad como proporcionar una visión de la realidad cada vez más exacta, entenderemos que el aspecto esencial de toda ciencia es su método de investigación. Por lo tanto, no se trata tanto de determinar un objeto de estudio o alcanzar determinadas conclusiones o resultados, sino sobre todo, emplear un adecuado método de estudio, y hacerlo de forma correcta, para que la investigación puede dar resultados y ser útil a la hora de explicar y modificar la realidad.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Hoy hemos seguido con el desarrollo del trabajo en grupo. El punto en que nos encontramos es determinante, y a la vez complicado. Ya hemos encontrado, leído, compartido con los compañeros del grupo y analizado gran cantidad de información, y ahora estamos en una especie de punto de inflexión, porque pasamos de la parte más pasiva, que consiste en leer y leer toda la información que pasa por nuestras manos, a la más activa: el desarrollo del trabajo. Tenemos que ser capaces de transformar esa información en algo coherente y útil, que no sólo nos sirva a nosotros, sino que también enriquezca a nuestros compañeros de clase. Por lo tanto, aunque siempre se puede rectificar, es importante elegir bien cómo organizamos la gran cantidad de material, las partes que rechazamos por no ser relevantes para nuestro objeto de estudio, y las que mantenemos, que nos servirán como instrumento para llevar la realidad india a la clase y permitir una comprensión y análisis global sobre su realidad política, económica y social. Esto es así porque el método condiciona el resultado del trabajo, es la pieza fundamental, que nos permitirá organizar y repartir los datos y análisis de forma casi automática.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Conocimiento

Según el diccionario de la Real Academia, el conocimiento es la acción y el efecto de conocer, el entendimiento, la inteligencia o la razón natural. A pesar de que esta definición es correcta, es insuficiente para los investigadores o "científicos sociales". Muchos teóricos han intentado encontrar una definición más completa, que permita entender mejor un término tan complejo y lleno de matices como el conocimiento. Como afirma Schumpeter, el conocimiento se relaciona con la observación y descripción de una determinada realidad para poder explicarla. El conocimiento debe ser utilizado para modificar la realidad, no sólo debe quedarse en el aspecto teórico. Otro aspecto fundamental del conocimiento es su estrecha relación con la ciencia.
Además de estos matices del conocimiento, hay un concepto que es básico para poder comprender un poco mejor el conocimiento: la intersubjetividad. La sociedad está formada por individuos, y como tales, cada uno tiene una visión completamente diferente y personal de la realidad. Como consecuencia de ésto, el conocimiento en sí no puede ser extendido a los demás, sino que depende de la capacidad de cada individuo, y de su posibilidad para aprehender los fenómenos que le rodean.
Por lo tanto, es falso afirmar que el conocimiento es algo objetivo, porque si hacemos ésto estamos pasando por alto la capacidad de los individuos como personas que pueden reflexionar y descubrir diferentes aspectos de la realidad. Por que la realidad no es algo objetivo, sino que a través de nuestra experiencia cognitiva vemos la realidad como un entorno con infinitas interpretaciones. Por lo tanto, no hay conocimiento erróneo o correcto, sino que depende de la perspectiva desde la que se observe la realidad.

martes, 13 de noviembre de 2007

Últimamente hemos hablado mucho en clase sobre conceptos como el desarrollo, la productividad, la competitividad... En principio estas palabras pueden parecer alejadas de nuestras vidas, y suelen ser los políticos las personas a las que se les llena la boca con ellas. Sin embargo, conforme pasa el tiempo he comprobado que están mucho más cerca de nosotros de lo que en principio parecen.
El otro día en clase descubrimos otro, que por lo que parece es una de las claves que explican el impresionante desarrollo de muchas empresas japonesas, empresas de primer orden en aspectos como la productividad y la competitividad: el círculo de calidad.
Los círculos de calidad son grupos que se forman en cada empresa, a través de los cuales los trabajadores, que se reunen de forma periódica, intercambian ideas y resultados para mejorar la calidad de los productos que se elaboran. De esta forma se van realizando las modificaciones que se consideran necesarias en el proceso de producción, para poder alcanzar mayor eficiencia en la producción.
En principio estas reuniones no parecen algo complicado, y si en Japón han funcionado, ¿por qué aquí no? Pues por una razón muy sencilla, que se basa en la mentalidad tan diferente. Mientras que en Japón los empleados consideran la empresa en la que trabajan como parte de su vida, casi como parte de su familia, llegando desarrollar una alta capacidad de sacrificio y superación, aquí sucede lo contrario. Los trabajadores están, en muchos casos, hartos del trabajo que desempeñan, faltos de incentivos, y consideran que trabajar supone "una especie de castigo" para ellos. Con concepciones tan diferentes del trabajo, no me extraña que aquí sea imposible extender la técnica de los círculos de calidad de una forma eficaz, ya que el egoísmo y el individualismo de los trabajadores, así como en muchas ocasiones los altos niveles de competitividad que se fomentan directamente desde la dirección, hacen imposible que se produzcan momentos de compañerismo, en los que todos se preocupan por el futuro de la empresa y por cómo mejorarla. Esta mejora no sólo beneficiará a la dirección con el aumento de la producción y de la productividad, sino que es algo positivo para todos los miembros de esa comunidad.
A pesar de que cambiar ésto es muy complicado, porque al estaren la esfera de la mentalidad es algo muy arraigado a nuestra personalidad y nuestra forma de vivir, deberíamos reflexionar acerca de los cambios que está experimentando nuestro entorno, que nos han transformado y nos llevan a ver a los compañeros como "rivales", "enemigos" a los que tenemos que superar si no queremos salir mal parados.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Ayer sábado pudimos comprobar que el Rey también es humano. Ante las críticas que Hugo Chávez estaba virtiendo sobre Jose María Aznar, parece que no pudo resistir más y le espetó un " ¿Por qué no te callas?". Por lo visto, estas tensiones habían comenzado con el principio de la Cumbre Iberoamericana, pero ayer durante la sesión de clausura, el Rey no aguantó más. En ese momento pudimos comprobar las reacciones del Jefe de Estado y del Jefe de Gobierno: mientras que Zapatero intentaba contestar a Chávez, pidiendo que cesaran esas críticas, el Rey saltó con esa ya famosa frase.
Ese comentario fruto de esas tensiones seguro que traerá cola. No sé si la reacción del Rey ha sido la más correcta, al espetar esa frase, "explotando" en cierta manera, pero creo que por muy Rey que sea, Juan Carlos también es humano, y en determinados momentos se pueden perder los nervios y las formas. Pero no sé hasta qué punto puede ser acertada, ya que lo que no puede hacer es reaccionar de manera tan espontánea, ya que lo único que consigue con ésto es ponerse al mismo nivel que Chávez. Es necesario expresar una rotunda condena a las palabras de Chávez, ya que él no es el más indicado para criticar a los demás países. Quizás la delegación española esperó demasiado tiempo para pedir al dirigente venezolano que parase de comportarse de esa forma, ya que tuvo que pasar toda la cumbre, una cumbre cargada de insultos y críticas contra el expresidente del Gobierno como contra las empresas españolas con intereses en Latinoamérica para pedir a Chávez que no criticase más.
Pero creo que al fin y al cabo lo que cuenta, más allá de las formas con que se haya hecho, es que tanto el Jefe de Estado como el Jefe de Gobierno han expresado su condena ante este hecho, que es intolerable, y ya era hora de que alguien parara los pies a Chávez, quien no deja pasar la ocasión de meterse con los Estados y dirigentes que le "dan guerra" y se enfrentan a él. La delegación española ha recibido el apoyo de varios estados latinoamericanos, pero también críticas de los aliados de Chávez en la región.Sin embargo, lo que más pena me da es que las medidas y acuerdos alcanzados en la Cumbre, que al fin y al cabo es lo más importante y urgente, han quedado en este segundo plano, eclipsados por este incidente diplomático, cuyas consecuencias reales tendremos que esperar para sentir.

sábado, 10 de noviembre de 2007

En España las mujeres tienen muy difícil, por no decir casi imposible, tener hijos y desempeñar un alto cargo en una empresa. Según datos recientes, el 30% de las ejecutivas llegan a renunciar a su trabajo debido a la imposibilidad de compatibilizar sus obligaciones profesionales y familiares. Puede que una de las razones que provocan esta situación es, en parte, nuestra cultura. A diferencia de otros países europeos, en España ha sido la mujer quien tradicionalmente se ocupaba de los niños y de los mayores, dejando de trabajar para ello. Con el proceso de incorporación de la mujer al trabajo se presenta un problema: ¿quién se ocupa de los niños? En la mayoría de los casos las respectivas parejas no han ayudado mucho a cambiar esta situación; a pesar de que la responsabilidad debe recaer sobre ambos, es la mujer quien en la mayoría de las veces tiene que sacrificarse, ya que los maridos ni siquiera contemplan renunciar a su puesto para quedarse con la familia.
La situación ideal sería que ninguno de los dos tuviera que renunciar al trabajo, pero por desgracia la legislación no ayuda a mejorar el panorama. Si comparamos la situación española con la de otros países europeos, podemos apreciar el retraso que tenemos en este aspecto; en Francia y Alemania la gran mayoría de las empresas cuentan con un servicio de guardería para los empleados, lo que supone que los padres pueden pasar más tiempo con sus hijos, además de disfrutar realizando su trabajo. Como consecuencia de estos servicios en ambos países el número de mujeres que consiguen alcanzar posiciones importantes en su trabajo son mucho mayores que en España.
A pesar de que en España este servicio apenas está extendido en las empresas, los horarios de trabajo tampoco ayudan demasiado: en la mayoría de los puestos de trabajo se ofrecen casi 2 horas para poder comer, por lo que la hora de salida se retrasa hasta la noche. Si además ambos padres trabajan, los niños se quedan solos durante numerosas horas al día.
Muchas empresas tratan a las madres casi como criminales; son numerosos los casos en los que mujeres son despedidas por quedarse embarazadas, o simplemente no se les da ningún tipo de facilidad para poder compatibilizar ambas actividades.
¿Por qué las mujeres tienen que elegir entre tener una carrera profesional o formar una familia? Esta situación es absurda, y estoy segura de que si se ofreciesen un conjunto de facilidades para las personas que tienen familia procedentes tanto del Estado como de las empresas, estas mujeres, que en muchos casos ocupan puestos de importancia tendrían un nivel de productividad mucho mayor, aspecto que agradecerían las empresas en primer lugar, pero también la economía española, debido a un posible aumento de la productividad.

sábado, 3 de noviembre de 2007

¿Es cierto eso de que el fin justifica los medios? Muchas personas se hacen esta pregunta a lo largo de su vida, antes de tomar decisiones clave en momentos difíciles. Esta es también la pregunta que responsables de la ONG francesa "El arca de Zoe" debieron hacerse antes de meterse en este lío. En los últimos días se ha estado hablando mucho sobre este suceso, sobre todo desde el momento en que comenzaron a conocerse más noticias sobre las reales intenciones de estas personas.
¿Es posible pagar el precio que sea necesario para hacer lo que en teoría es una buena acción? Parece que estas personas pensaban que sí, que era necesario hacer todo lo posible para poder sacar a esos niños de una zona que lleva varios años en conflicto. Incluso saltarse la legalidad y olvidar que existen cierto principios morales que deben ser respetados. Para llevar esta "buena obra" a cabo no sólo engañaron a las familias que en Francia habían pagado importantes sumas de dinero para poder acoger a estos niños, que en teoría eran huérfanos, sino que también engañaron a los padres y familiares responsables de estos niños, quienes creían que estos niños pasarían unos días en una escuela de la capital de Chad.
No sé cómo este grupo de personas pudo intentar llevar a cabo este plan, mintiendo a las autoridades del Chad y a las familias, y sin importarle lo más mínimo que estos niños tuvieran familia, que aunque son familias pobres, son lo que estos niños necesitan para ser felices e intentar superar las dificultades a las que tienen que enfrentarse simplemente por haber nacido en el continente africano.
¿Hasta qué punto podrían consentirse este tipo de actuaciones? Parece que esta vez esta se descubrieron los verdaderos planes de esta organización, sin embargo, ¿cuántas veces habrá sucedido lo mismo sin que las autoridades se hayan dado cuenta? Es imposible responder a esta pregunta, sobre todo si estas operaciones se llevan a cabo en Estados con gran inestabilidad política, pero lo que es más difícil de entender es que ciudadanos que se supone que son de un país que defiende determinados valores y que trabajan como voluntarios para una ONG, hayan sido capaces de urdir tan macabro plan: enviar a niños que supuestamente son huérfanos a Francia, mintiendo a los padres biológicos, a los de acogida y a las autoridades. Y lo que es peor, que esas personas saben que están mintiendo y no están obrando de manera adulta y responsable, y a pesar de ello, continúan con su plan. ¿Cómo se resolverá esta situación? Parece que va para largo, así que de momento sólo nos queda esperar.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Día de Muertos

Este verano tuve la gran suerte de conocer a Luz, una chica mexicana que me acompañó durante mi aventura en Berlín. No sólo aprendimos alemán y trabamos una gran amistad, sino que pude aprender muchísimo de ella a través de sus vivencias y experiencias, que me transmitía por medio de interesantes explicaciones. En una de nuestras largas charlas hablamos de las diferentes mentalidades, sistemas de valores y costumbres que separan a Europa del continente americano. Aunque como todos sabemos existen grandes diferencias, ya que hoy es el día de Todos los Santos quiero hablar sobre el significado que la muerte tiene en las diferentes culturas, y cómo un tema que puede ser tan espinoso como la muerte es abordado en diferentes sitios del planeta.

En Europa y en el mundo anglosajón la muerte es considerada como un fin inevitable, pero continúa siendo un tabú, un tema del que no se debe hablar bajo ningún concepto. Ese tabú se rompe sólo cuando ya no queda más remedio, en las situaciones en que algún familiar o persona cercana y querida fallece. Aquí, en el día de Todos los Santos muchas personas se dedican a visitar las tumbas de sus seres queridos en los cementerios, y suele ser un día de recogimiento y reflexión, una jornada que por lo general no es demasiado festiva, que muchas personas pasan recordando a los que ya no están.

Sin embargo, en México la concepción sobre la muerte es totalmente diferente a la nuestra. Allí las personas no temen a la muerte, sino que la tratan de tú, mirándola directamente a los ojos. Durante el día de Muertos, que en México se celebra en estas fechas, la gente vive una fiesta, recordando a seres queridos que han sido importantes en sus vidas, pero los recuerdan de una manera que a nosotros nos puede resultar algo extraña, ya que para ellos no es un día triste, sino que es un día para celebrar. Construyen altares, en los que junto a los objetos personales del difunto colocan su comida favorita, y muchos objetos que recuerdan a esa persona.

Desde mi punto de vista esa manera es mucho más alegre y bonita de recordar a las personas queridas que ya no se encuentran entre nosotros, y lo que a mí me parece más importante, es una manera mucho más natural, puesto que mediante esta celebración se muestra que no se teme a la muerte, a pesar de tenerle un gran respeto. Mediante esta festividad se enfrentan a ella al concebirla como algo natural, ya que antes o después todos iremos con ella. Creo que esta es una forma mucho más interesante de recordar a los difuntos, además estoy segura de que a la mayoría de ellos no debe gustarles que cada año los recordemos algo entristecidos, sino que prefieren que pasemos un día alegre.

A pesar de la importante penetración que Halloween está teniendo en todo el mundo, podríamos pensar que la continuidad de esta fiesta corre peligro, sobre todo entre las generaciones más jóvenes. Sin embargo, al formar parte de las raíces de la cultura mexicana, espero y deseo que esta tradición tan peculiar no se pierda, porque sirve como ejemplo de optimismo a todo el mundo, nos sirve como ejemplo a nosotros, que intentamos esquivar a la muerte , considerándola como algo horrible y que hay que intentar evitar a toda cosa; sirve como ejemplo para tratarla como lo que en realidad es, algo natural una etapa más de nuestra vida, que ninguno de nosotros podremos evitar.